viernes, 31 de mayo de 2013

HERODOTO (Arturo López Pedriza)

HERODOTO


Según Heródoto, Candaules era un hombre muy enamorado de su esposa, sentía verdadera pasión por ella. Entre los colaboradores más apreciados por el rey, se encontraba Giges. Un día, Candaules empezó a alabar las virtudes de su mujer ante Giges y al final, creyendo que Giges pensaba que exageraba, le propuso visitar el dormitorio de su mujer antes de que ésta se acostara para que pudiera verla desnuda, y juzgar así por sus propios ojos lo que Giges escuchaba de su rey.
A pesar de los intentos de desechar la idea por parte de Giges por miedo a lo que podría sucederle después, la insistencia del rey acabó por hacerle aceptar muy a su pesar. Así pues por la noche, Candaules escondió a Giges en la habitación de su esposa. A la llegada de la mujer, todo se desarrolló tal y como los hombres habían planeado, excepto por el hecho que la mujer del rey se apercibió de la presencia de Giges cuando éste salía ya de la habitación, aunque no dio la voz de alarma.
Al día siguiente, la mujer hizo llamar a Giges, quien desconociendo que la reina sabía lo sucedido la noche anterior, no sospechaba lo que iba a ocurrir. La reina le dijo a Giges que sólo tenía dos opciones: matar a Candaules por haberle ofrecido lo que él tenía prohibido ver y convertirse en nuevo rey con ella como reina, o morir él mismo para evitar en el futuro nuevas tentaciones a las que podía someterle Candaules. Tras unos instantes en que Giges no podía articular palabra por su sorpresa, rechazó la oferta de la reina., pero ante su insistencia, decidió matar a Candaules. La reina lo introdujo en el dormitorio del rey y lo ocultó en el mismo lugar donde había estado disimulado el día antes; Candaules murió, apuñalado por Giges durante su sueño.
Cuando quiso ser coronado como rey, Giges tuvo muchos adversarios, que acordaron someter el caso al oráculo de Delfos. El oráculo confirmó los derechos de Giges y el control de Lidia paso a sus manos. El recurso al oráculo de Delfos es histórico: se sabe que en testimonio de reconocimiento Giges hizo un regalo consistente en objetos de oro y plata.

OPINIÓN

Me parece muy precipitada la opción que escoge Giges. En mi opinión no es nada ético matar a una persona por un acto que además, el responsable ha sido él. También es verdad que si me diesen a elegir entre morir yo u otra persona me ganaría el instinto de supervivencia. Aunque he de decir que siempre hay más opciones de las que te ofrecen, como decirle a Candaules la situación que le planteo su mujer.

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